El país se está desquebrajando; los sonidos, las visiones, los olores son de conflictos; la gente está por un lado descontenta, por otro expectante y preocupada.
La pobreza se palpa, se nota, se siente. Los rostros reflejan una normalidad estresada, un cotidiano dolor, una preocupación compañera y amiga.
Noticias negativas vuelan por los aires. Los noticieros y los periódicos no tienen otra manera de presentar la realidad: el caos es la realidad objetiva.
Las personas no se da cuenta de lo pernicioso de la situación en la que nacen, se desarrollan, se reproducen y mueren. Y quienes sí lo hacen (siempre existen) o les abruma el tamaño del problema y optan por "salvarse" (o cuidarse) a sí mismos, o les es indiferente y se centran en sí mismos igualmente.
Sí, estoy describiendo la cotidianidad social de Bolivia, pero sabes que las mismas descripciones, los mismos casos, la misma realidad se aplica a México, a América, al mundo.
Si no te alcansas a dar cuenta de esto: abre los ojos!
Si te das cuenta: haz algo!
Haz algo en tu lugar o puedes ayudar en otros lugares, pero no decidas ensimismarte, mira más allá de tí.
Igual puedes ayudarme a ayudar; yo puedo ayudarte a ayudar.
Estemos en contacto.
Juan Carlos.
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